En el escenario actual de la educación superior, caracterizado por la disrupción tecnológica, la figura del docente no se reduce: se transforma y se fortalece.
Tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad virtual y los entornos de simulación están redefiniendo el cómo se enseña. Lejos de ser desplazado, el docente se convierte en mediador esencial entre el entorno virtual y el proceso pedagógico. Como señala la UNESCO (2023), “la tecnología digital, por sí sola, no transforma la educación; el cambio solo ocurre cuando es liderado por docentes formados y empoderados” [UNESCO, 2023].
Simulación: del aula tradicional a la experiencia vivencial
La simulación educativa ofrece entornos seguros, realistas y repetibles que permiten al estudiante enfrentar situaciones complejas sin consecuencias reales. Se trata de un aprendizaje activo, basado en la exploración y el ensayo-error guiado.
En campos como la medicina, la ingeniería o la formación técnica, se ha demostrado que la simulación mejora la retención del conocimiento, desarrolla habilidades de resolución de problemas y aumenta la confianza del estudiante en la aplicación práctica (Issenberg et al., 2005; Cook et al., 2011).
Sin embargo, su verdadero valor pedagógico se activa solo cuando entra en escena el docente. Es él quien:
- Define objetivos de aprendizaje claros para cada escenario.
- Acompaña el proceso de inmersión del estudiante.
- Interpreta el desempeño mediante métricas generadas por el entorno virtual.
- Facilita el debriefing y la reflexión posterior, que convierte la experiencia en aprendizaje profundo.
Como afirma Gaba (2004), “la simulación no reemplaza la instrucción; la transforma en una experiencia guiada por objetivos, retroalimentación y reflexión, elementos que solo el educador puede garantizar”.
Tecnología como extensión del saber pedagógico
El metaverso educativo y los simuladores de realidad virtual no son sustitutos del profesor, sino amplificadores de su capacidad didáctica. Bien utilizados, permiten llevar el aprendizaje a contextos que antes eran inaccesibles o peligrosos para el entrenamiento tradicional.
Simuladores como los desarrollados por DoReality ejemplifican cómo la simulación puede ser integrada al currículo en áreas como la radiología, permitiendo a los estudiantes repetir procedimientos, analizar errores y avanzar a su propio ritmo. Sin embargo, esta autonomía solo es significativa si el docente está presente como diseñador instruccional, mentor y evaluador crítico.
En este sentido, la evidencia señala que los entornos inmersivos son eficaces cuando están alineados con objetivos curriculares y acompañados por prácticas docentes bien estructuradas (Radianti et al., 2020).
Conclusión: docentes, corazón de la innovación educativa
Incorporar simulación en la educación superior es una decisión estratégica. Pero no basta con adquirir la tecnología.
El docente universitario del siglo XXI no es un operador pasivo de plataformas, sino un líder pedagógico que convierte las herramientas digitales en experiencias de formación transformadora.
En cada estudiante que se sumerge en una simulación efectiva, hay un profesor detrás que planificó, guió y retroalimentó con precisión y humanidad.
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Cibergrafía y fuentes citadas
UNESCO (2023). Reimagining our futures together: A new social contract for education. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000379707
Banco Mundial (2023). Revolución EdTech: Claves para la transformación educativa con tecnología. https://www.worldbank.org/edtech
Gaba, D. M. (2004). The future vision of simulation in health care. Quality and Safety in Health Care, 13(suppl 1), i2-i10. https://doi.org/10.1136/qshc.2004.009878
Issenberg, S. B., McGaghie, W. C., et al. (2005). Features and uses of high-fidelity medical simulations that lead to effective learning: a BEME systematic review. Medical Teacher, 27(1), 10-28. https://doi.org/10.1080/01421590500046924
Cook, D. A., et al. (2011). Technology-enhanced simulation for health professions education: a systematic review and meta-analysis. JAMA, 306(9), 978–988. https://doi.org/10.1001/jama.2011.1234
Radianti, J., et al. (2020). A systematic review of immersive virtual reality applications for higher education: Design elements, lessons learned, and research agenda. Computers & Education, 147, 103778. https://doi.org/10.1016/j.compedu.2019.103778